El premio Monzon-Ganuza Euskal utopikoei saria, organizado por la Fundación Olaso Dorrea y el Ayuntamiento de Bergara, fue entregado por tercer año consecutivo en el Seminario de Bergara. El acto contó con la presencia de representantes y participantes del mundo del bertsolarismo, del pueblo, de la cultura, del euskera y de otros colectivos, familiares y amigos de Amuriza.

En el marco del 40 aniversario de la muerte de Telesforo Monzón el 9 de marzo de 2021, el Ayuntamiento de Bergara y la Fundación Olaso Dorrea crearon el premio que lleva por nombre Olasotar Telesforo Monzón y su compañero de viaje a lo largo de toda su vida, Josefa Ganuza. Y su objetivo es homenajear a la ciudadanía que ha trabajado a lo largo de toda la vida para Euskal Herria, para la cultura vasca y a su lengua, para el euskera.

Xabier Amuriza ha sido el premiado de este año y recibió el reconocimiento con alegría y emoción. La alegría fue una de sus principales palabras en el agradecimiento a la hora de recoger el premio. “Cuando el alcalde de Bergara me dio la noticia, sentí una cierta alegría, una onda por dentro, que todavía siento”. También habló de su relación con Bergara. Contó cómo conoció a Telesforo Monzon y a Josefa Ganuza, o cómo ha cantado en el frontón de Bergara o en distintos barrios.

En la entrega de premios, el alcalde de Bergara, Gorka Artola, se dirigió a Amuriza de la siguiente manera: “La aportación a Euskal Herria, a su lengua y cultura a lo largo de toda la vida, es lo que has hecho tú, y que queremos reconocerle con este premio. Poniéndonos a pensar, no es solo que hayas hecho muchas cosas, sino que los que has realizado han sido variadas y diferentes. Como si de un poliedro se tratara.” El Alcalde respondió con entusiasmo al reto y ofreció a los asistentes un juego de coplas.

Iratxe Esnaola Amuriza, presidenta de la Fundación Olaso Dorrea, habló del compromiso político que ha tenido. “Durante muchos años, tus palabras, versos y canciones han sido la crónica de la situación política. Siempre has estado preparado para la prueba y la lírica. Dispuestos a ofrecer tu palabra y actividad a favor del euskera, la cultura vasca y Euskal Herria. En definitiva, dispuesto a mostrar tu compromiso constante con nuestro pueblo… nunca perdiste la fe”, le dijo.

Su trayectoria es fructífera y el repaso de ello se complementó con la participación de varios artistas.  Por ejemplo, Amuriza ganó el Campeonato General de Bertsolaris de Euskal Herria en 1980 y 1982, y haciendo referencia a ello, la actual campeona, Maialen Lujanbio cantó en el acto. Amuriza también revolucionó las Bertso Eskolas y para recordarlo cantaron Unai Arantzabal, Enaitz Alustiza y Gari Lopez de Muniain, de la Bertso Eskola Kopla Barik de Bergara. Los recibió agradecido y emocionado, así como Agus Barandia de Korrontzi. Han actuado juntos en los últimos años.

Su flujo cultural es infinito. Autor de numerosas novelas, narraciones, libros de poemas y ensayos, es autor de numerosas canciones y coplas de la canción vasca, como 'Mendiko gora haritza', 'Furra furra' o 'Euskal Herrian Euskaraz'. Esta última canción lo cantaron al finalizar el acto.

Además de la aportación a la cultura vasca, es notorio el compromiso con este pueblo durante años duros. Fue impulsor del movimiento sacerdotal Gogor durante el franquismo.

El premio: la obra de arte “Haitz_erroa” de Iker Serrano

Este premio tiene dos caras como una moneda, la de los premiados y la de la autora del mismo. De hecho, este galardón pretende servir también para la promoción de nuevos artistas euskaldunes. Cada año un nuevo artista podrá diseñar el premio o conceder uno ya realizado, convirtiendo el premio en una iniciativa de promoción de nuevos artistas euskaldunes y construyendo un puente entre generaciones.

Xabier Amuriza recibió como premio la obra de arte ‘Haitz-erroa’ realizado por el navarro Iker Serrano Robles, Doctor en Bellas Artes de la UPV/EHU y profesor asociado en la misma.

El creador Iker Serrano Robles ha querido relacionar la persistencia del euskera a lo largo de los siglos con la dureza de la piedra. Alude tanto a la raíz como a la melodía de la palabra haitz para hacer referencia al origen del euskera. Con su pintura relaciona la roca, el hacha y su rigor y antigüedad. Sugiere el pasado, el presente y el futuro con diez piedras que los ha colocado en el espacio.

 

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