Nacimiento: 
1 885
Fallecimiento: 
1 948

El 6 de Diciembre de 1885 nace en Bergara Nicolás Mugica Nikol, en el nº 21 (hoy 19) de la calle San Pedro. Se inicia en la pintura bajo el magisterio de Alejandrino Irureta, y por imperativos económicos tuvo que dedicarse a la decoración, realizando entre otros interesantes trabajos, los decorados de la obra teatral Chanton Piperri, representada en Bergara con motivo de las Fiestas Euskaras celebradas en la Villa. El año 1914 se presenta también como paisajista en la inauguración de la Escuela de Armería de Eibar. En 1922 cierra su taller de decoración para dedicarse totalmente a la pintura y se traslada a Zarautz, donde abre su estudio y reside algún tiempo. El año 1924 consigue una Beca de la Diputación de Gipuzkoa para trasladarse a Madrid a estudiar en los museos.

Ha sido considerado por la crítica internacional como excelente paisajista, cuyas bellas obras las realizó en el País Vasco y con ellas se presentó en los países americanos, consiguiendo grandes éxitos artísticos y económicos. Realizó sus mejores exposiciones en la República Argentina, Chile, México, Uruguay, etc, en cuyos países se encuentran casi la totalidad de sus cuadros, en colecciones particulares.

En los años 1926 y 1932 concurrió a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid. Como última obra importante, entre los años 1936-39, realizó la totalidad de la decoración pictórica de la Iglesia de los Carmelitas en Donostia, muriendo el 1 de Marzo de 1948 en la capital gipuzkoarra.

De su obra se ocuparon entre otras, plumas tan importantes como las de Cabanas Oteiza, Dunixi, Iñigo de Andia, José Francés, Adolfo Larrañaga y Juan de la Encina.

En su pintura se aprecian unas ciertas relaciones sintomáticas con Cabanas Oteiza, Dionisio de Azkue y el mismo Arteta, pero al mismo tiempo rezuma siempre un cierto sabor liberal, autodidacta y popular que le salvan de cualquier eclecticismo. "Eguzki sarrera Getarin", "Isaspimendi", "Aizkorri gaiñak", "Aloñamendi", y sobre todo el paisaje titulado "Isaspi", son algunas de las obras en que el temperamento poético y sutil de Nicolás Mugica logra momentos insospechados de gran melancolía lírica.

Pintor fino y decidido "en palabras de Dunixi" huye de los fáciles tópicos para buscar en la secreta totalización de las tintas la armonía final perseguida. Juan de la Encina, uno de los estudiosos críticos más importantes de la época, definiría certeramente la figura-obra de Nicolás de Mugica: Vasco decidido y valiente, junto a paisajes insignificantes, presenta otros finos y delicados, discretos y bien construidos... Mugica es un vasco decidido y valiente.

Así lo creemos nosotros también, tras más de medio siglo de haber ejecutado su pintura.