Nacimiento: 
1 651
Fallecimiento: 
1 695

"Sor Juana Inés de la Cruz"

Toma este nombre en su obra literaria y vida conventual, poetisa y prosista vasco-mejicana que fue llamada El Fénix de México, nació en San Miguel de Neplanta (México) el 12 de noviembre de 1651. Su padre era Pedro Manuel de Asbaje, natural de Bergara(?), y su madre Isabel Ramirez, descendiente de la primera mujer de Hernán Cortés. Refiere Cecilia G. Guilarte en su obra Sor Juana Inés de la Cruz. Claro en la Selva, que siendo muy joven y conociendo la existencia de escuelas y Universidades, rogaba a su madre le dejase asistir a las aulas en traje de varón. De lo cual podemos deducir que las mujeres, en aquellos tiempos, no tenían acceso a la Universidad, de ahí su deseo de vestirse de hombre.

Estudió Latín, Retórica y Filosofía con su tío el Pbro. Pedro José de Olivas. Fue dama de la Virreina Leonor de Castro. En palacio se dedicó al estudio y fue sometida a un examen público de todas las Facultades entre 40 profesores de la Universidad, teólogos, filósofos, humanistas y matemáticos y sus resultados fueron motivo de general asombro, dada la sapiencia de sus contestaciones.


Ligada totalmente a la vida de convento

Cuando sus dotes excepcionales, su belleza, su juventud, su ingenio poético y su posición en la Corte le auguraban un brillante futuro, escogió la vida monástica y el día 14 de agosto de 1667 ingresa en el Convento de San José de las Carmelitas Descalzas, del que salió a los tres meses por enfermedad, pero a los 18 años, el 23 de febrero de 1668 entra definitivamente en el Convento de San Jerónimo.

Decidida por completo a la vida religiosa, inicia su labor literaria en la paz y sosiego del convento, escribiendo en verso y en prosa. Según Menéndez y Pelayo, sus versos de amor profano son de los más suaves y delicados que han salido de pluma de mujer. Su obra literaria se divide en: Obras poéticas menores, Obras teatrales y Escritos en prosa. La primera comprende gran número de sonetos, glosas, romances, endechas, villancicos, etc. En sus villancicos intercala coplas en latín, portugués, guineo, mejicano y en euskera, su lengua paterna. De sus autos sacramentales merecen citarse: San Hermenegildo, Divino Narciso, El mártir del Sacramento, El cetro de José, etc., y de sus comedias: Los empeños de una casa y Amor es más laberinto. De sus escritos en prosa, que pueden igualarse a los mejores escritos en lengua castellana de su época, los más conocidos son: Crisis sobre un sermón y Respuesta a Sor Filotea. Este es el más importante por sus datos autobiográficos y la defensa que hace de la inteligencia femenina y su derecho a la cultura y al magisterio, por ello es considerada como una de las precursoras del movimiento feminista mundial.

A Sor Juana quisieron acusarla de atacar a la Compañía de Jesús por su crítica a un sermón pronunciado en Lisboa por el Jesuita Padre Antonio Vieira, considerado el orador sagrado de más prestigio en su tiempo, pero ella se defendió con la claridad e ingenio que le caracterizaba.

Sor Juana nunca olvidó su país de origen y el euskera, como se puede apreciar en algunos escritos:

  • En un villancico y una carta de sus Obras poéticas, afirma su ascendencia vasca, su condición de euskaldún y su amor a su tierra de origen.
  • En otro villancico dirigido a la Virgen de Aranzazu, intercala palabras en euskera.
  • En una carta dirigida a Don Juan de Orbe y Arbieto, afirma claramente su estirpe vasca: Siendo como soy rama de Vizcaya y Vuesa Merced de nobilísimas familias, de las casas de Orbe y Arbieto, vuelvan los frutos a su tronco y los arroyuelos de mis discursos tributen sus corrientes al mar en quien reconocen su origen.

Los escritos de Juana de Asbaje, que en su mayoría circulaban manuscritos, comenzaron a coleccionarse en 1689 bajo los auspicios de la Condesa de Paredes, virreina de México y gran protectora de Sor Juana, publicándose el primer tomo con el título Inundación Castálida de la única poetisa, musa décima, Sor Juana Inés de la Cruz título que al año siguiente fue cambiado por el de Poemas. El segundo tomo se publicó en Sevilla en 1691 y el tercero en Madrid en 1700.

En la epidemia de peste que asoló México en 1695, Sor Juana se pasó los días cuidando y sirviendo a sus hermanas enfermas, hasta que ella misma enfermó, agotada de tanto esfuerzo. La noticia de su gravedad conmovió a la ciudad de México. Murió el 17 de abril de 1695.